El 18 de mayo sube a escena a El Nacional, de Buenos Aires, con dirección de Daniel Barone. Dos hermanos en puja por una herencia.
Vínculo de sangre. Chávez y Suar interpretan en la obra a dos hermanos.
Por primera vez, Julio Chávez y Adrián Suar harán juntos una obra de teatro. Desde el 18 de mayo, ambos se subirán al escenario de El Nacional porteño para protagonizar «Un rato con él», escrita por el propio Chávez -junto a Camila Mansilla- y dirigida por Daniel Barone.
La propuesta teatral generó un impacto en el mundo del espectáculo, por tratarse de quien es considerado un referente en la actuación, como Julio Chávez, y de Suar, quien además de actor de exitosas telecomedias es la cabeza de Pol-ka y es gerente de programación de El Trece.
Gregorio (Chávez) y Darío (Suar) son dos hermanos distanciados hace años, hijos de diferentes madres. Cuando el padre de ambos muere, se ven obligados a reunirse para repartir la herencia.
Y allí estará el principal conflicto, en un cruce en el que habrá tensión y sorpresa, y también un inevitable afecto atravesado por el vínculo sanguíneo.
En ese encuentro -que en un principio creen que será tedioso y protocolar, con abogados como intermediarios y palabras solemnes- les deparará varias situaciones inesperadas.
La primera sorpresa girará alrededor de la figura paterna (esa vida que su progenitor llevó a espaldas de Gregorio y de Darío), y que echará luz sobre el pasado de cada uno, que han delineado este confuso presente.
Claro que uno de los nudos de la ficción pasará al revelarse de qué se trata la tan mentada herencia.
Con un texto sensible y, a la vez, poderoso -tan propio de la pluma de Julio Chávez, demostrado en piezas anteriores de su autoría como «La de Vicente López», «Mi propio niño Dios», «Madame Pipi» y «Rancho (una historia aparte)» entre muchas otras- «Un rato con él» invita a reflexionar con humor sobre los vínculos.
«Un rato con él» será la punta de lanza que marcará un nuevo camino en El Nacional, fruto de la sociedad de Adrián Suar, el productor Nacho Laviaguerre y Diego Romay, dueño del teatro, quienes apuestan a potenciar los proyectos artísticos en la histórica sala.
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