El ganador del premio ACE al mejor protagónico masculino reflexiona sobre la ausencia de una sólida herencia teatral en la Argentina y sobre la pasión y el talento que, a pesar de todo, permiten seguir produciendo hechos artísticos.
El ganador del premio ACE al mejor protagónico masculino reflexiona sobre la ausencia de una sólida herencia teatral en la Argentina y sobre la pasión y el talento que, a pesar de todo, permiten seguir produciendo hechos artísticos.