“La pude repensar y revalidarme como intérprete”

 

Chávez trae al Real la tercera temporada de la obra basada en la vida de Charlotte Von Mahlsdorf. Reflexiones sobre su oficio y adelanto de un próximo proyecto.

En 2016, Julio Chávez pasó por Córdoba con Yo soy mi propia mujer. Ya había hecho la obra de Doug Wright 10 años antes. En aquella ocasión y en diálogo con este medio, habló de volver a ella como un músico vuelve a una partitura: “Es una pequeña pieza para un instrumento”. Ahora, por tercera vez, Chávez vuelve a “tocar” esta canción, y lo hará en el teatro Real este viernes y el sábado.

La sinopsis de la obra, que se inspira en una historia real, dice: “Basada en la vida de Charlotte Von Mahlsdorf. Charlotte, nacida en Berlín del este, desde muy pequeña se sentía atraída por la ropa de niña y se percibía como tal. Luego de un violento suceso familiar, terminó condenada en una prisión de jóvenes. Al ser liberada, fue conocida por coleccionar y vender relojes, fonógrafos y muebles antiguos de la época de Wilhelm II. Von Mahlsdorf se mostraba abiertamente travestida, pero pudo sobrevivir del régimen nazi y posteriormente al comunismo”.
También en esa entrevista de 2016, Chávez dijo que el reencuentro con el texto le había permitido reflexionar nuevamente sobre la vida de Charlotte, además de sobre él como intérprete en un primer momento y en otro. Ahora, en un tercer momento, ¿se vuelve a plantear esas reflexiones o simplemente disfruta de una historia que le es familiar y querida?

“Una cosa no quita a la otra. Lo que dije en ese momento no quita que también me gustara hacerlo por lo hermoso del material. Sigo pensando que es muy extraño para un intérprete encontrar una partitura que se avenga a ser ejecutada en diferentes momentos de su vida. Y esta partitura es una partitura ideal, entre otras cosas por la complejidad de la partitura, por eso hago también referencia a la música. No creo que haya ningún intérprete que pueda decir de plano que ya sabe cómo es una pieza de Chopin, la conocerá, pero en la ejecución y en la interpretación siempre encuentra algo diferente, algo novedoso; algo diferente en relación con la partitura o algo diferente en relación con el entendimiento de lo que es un instrumento”, comienza.

Lo cierto es que esta tercera temporada y gira de Yo soy mi propia mujer se dio porque era perfecta para hacer mientras terminaba de escribir su nueva obra, una nueva codramaturgia con Camila Mansilla: “Compruebo y aplaudo esa decisión, y agradezco a la producción que me haya acompañado para volver a hacerla. He disfrutado mucho, se acercó mucho público que no la había visto, público que sí la había visto; y yo, como intérprete, me pude revalidar y repensar el material. Así que lo que dije en ese reportaje del 2016 lo corroboro y lo vuelvo a firmar con letra de hierro”.

CHÁVEZ, CHARLOTTE Y LA ÉTICA
Leer las entrevistas de Chávez de años anteriores, tanto las que eran sobre esta obra como sobre otras, hacerlo con el presente en mente, es un ejercicio interesante e inevitable a medida que se desarrolla la charla. Previamente, ya ha compartido sus preguntas sobre los interrogantes éticos a los que abre la puerta la vida de Charlotte Von Mahlsdorf.

“Cuando el espectador empieza a tomar contacto con la vida de ella, lo que aparece como hecho trascendente es la decisión de ella de salir al mundo en su situación de travesti; y digo ‘travesti’ porque ella usa esa palabra. La decisión de salir al mundo y presentarse como es, con el riesgo enorme que eso era en ese momento, y hoy mismo es un riesgo todavía. Lo que pasa es que en el transcurso del espectáculo el autor, que también forma parte del espectáculo, va contando que va descubriendo en ella diferentes aspectos, como su actividad como colaboracionista para el Partido Comunista en Alemania, denunciando a contrabandistas de muebles”, explica.

«Ella misma, enunciando el orden de prioridades que tiene en su vida, dice: ‘Museo, muebles, hombres’. No pone la sexualidad en primer lugar. No pone al ser humano en primer lugar, sino a los muebles, lo que ella dice que de chiquita le empezó a dar identidad. Entonces estamos frente a un ser que también nos ubica frente a un problema ético, que es cuál es el orden en que el ser humano tiene que vivir su vida. Si nosotros decimos cuál es el orden, los seres humanos empezaríamos también haciendo un acto de fascismo, porque cada uno puede decidir ese orden. Entonces, la pregunta es: ¿a costa de la vida o la seguridad de tus propios amigos?”, continúa el actor.

Así, llega a la “gran pregunta” del autor: “Empieza a advertir que este ser humano es mucho más complejo que un ser humano que decide vestirse de mujer y salir a la calle, que la complejidad radica en muchos otros aspectos. El espectáculo pone muchos asuntos sobre la mesa. Hoy por hoy, por las conquistas que hemos tenido los seres humanos, el hecho de la diversidad sexual pasa a un primer plano. Pero también hay otros aspectos. En ese sentido, el espectáculo se vuelve doblemente atractivo”.

–Entonces, ¿hay una intención de dar un mensaje en pos de la diversidad y los derechos?

-Inevitablemente, eso está, pero no es la finalidad del espectáculo ni tampoco es la mía. Hoy por hoy, hay una Lizy Tagliani que ocupa un lugar muy importante en el medio, hay una Florencia de la V que conduce un programa, hoy por hoy no se necesita de este espectáculo para eso.

–Quizás en otro momento sí…

–Sin lugar a dudas. En todo caso, está para contar lo que es la vida de un ser humano sin el apoyo social, que de golpe empieza hoy a aparecer con sus límites también, ¿no? Tampoco quisiera yo idealizar una situación, porque me parece que sigue siendo un tema de complejidad, aun con un enorme avance, que no es la aceptación de la mayoría, sino que es la aceptación del tema como tema social. Eso es para mí el avance más grande y después, bueno, llevará su tiempo que los hombres y mujeres puedan convivir relajadamente con eso. Pero sí creo que el espectáculo justamente construye una especie de, en todo caso, ceremonia recordatoria acerca de lo que es el ser humano cuando lucha solo, cuando no tiene un colectivo detrás o una cámara de senadores o de diputados que aprueben leyes.

–¿Cómo construiste a Charlotte? ¿La seguís construyendo?

–En la construcción del rol hay que tomar decisiones muy estratégicas porque vos no estás contando solamente sobre una travesti, estás relatando muchos personajes, de manera que las decisiones acerca del vestuario, la peluca, la ropa, son todas decisiones que forman parte de una estrategia que permite que el espectador pueda imaginar diferentes cosas. Entonces, Charlotte fue construida de tal manera que yo pudiese entrar y salir del rol de una manera muy fácil, muy relajada, con signos muy fuertes que permitan que el espectador entienda rápidamente qué signo se le está dando, qué tenemos que imaginar. Además, obviamente es una persona extranjera, de manera que se le tuvo que dar una manera de hablar a ese rol; y en ese sentido, me aproveché de mis orígenes. Yo soy de origen alemán (su nombre Julio Alberto Hirsch), mi padre era alemán y yo conozco el idioma un poco, de manera que eso también me dio, digamos, legitimidad como para imitar un poco el tono que me es tan familiar, el tono de las personas que son alemanas e intentan hablar castellano.

Lo fui construyendo así, de la misma manera que construí los diferentes roles del espectáculo. Diría que no han aparecido nuevos signos de la construcción. Tal vez hay un diferente gasto de energía en la ejecución del material. Creo que hoy, como intérprete, estoy más grande, con los beneficios que eso trae y las contras que eso trae. Hay algo del oficio y hay algo del tiempo que, también, si vos estás atento y gustoso con tu oficio, te va haciendo que vayas comprendiendo que ciertas fichas que movías de tal manera hoy se mueven de otra, y que eso es también la posibilidad de poder comprender la partitura de otra manera. De la misma manera que pasa el tiempo, y hay palabras que han tenido un valor en el año 2006 y hoy tienen otro valor. De golpe, la misma palabra, en 17 años de diferencia, es la misma palabra y no lo es. Entonces, eso también me sucede a mí como ejecutante y como intérprete. Yo soy el mismo y no soy el mismo, y comprendo y digo el mismo texto, y a la vez no digo el mismo texto porque de golpe hay una modulación que cambia, porque hay algo que se comprende de otra manera.

SIEMPRE PROLÍFICO

La última vez que Chávez estuvo en Córdoba fue en 2021 con Inés, una de las tantas obras que coescribió y codirigió con Camila Mansilla. ¿De qué trata Lo sagrado, la nueva creación de ambos que terminaron durante esta tercera temporada de Yo soy mi propia mujer?

“Habla sobre la ética, habla sobre si el arte tiene la legitimidad para articular sobre cualquier tema y si en nombre del arte se pueden nombrar vidas y experiencias ajenas. Sobre si el arte está protegido de todo o si el arte también tiene obligaciones éticas que le marcan un límite. Un poco habla sobre eso, y cuenta del enfrentamiento de un joven con un artista grande, el joven se interpone en la edición de un libro de éste porque él está comprometido en el libro. De manera que este chico pone en jaque a este autor acerca de si en nombre del arte, de la expresión artística, se puede hacer cualquier cosa”, adelanta.

Previamente, también estuvo por esta plaza con Un rato con él, que también escribió con Mansilla y protagonizó con Adrián Suar. En Lo sagrado, también planea dirigir junto a Mansilla, y actuar. Alguna vez ha dicho que le cuesta escribir para él mismo y, como es realmente imposible desprenderse de previas lecturas sobre él durante toda esta nota, sobre todo para pensar en su evolución en su oficio, se le consulta por ello: “Eso es algo que cambió, hoy no me pasa”.

Por otro lado, el actor ha protagonizado grandes éxitos de la ficción nacional, esa que actualmente se concibe como un sector en crisis.

–¿Qué lectura hacés de la situación de la ficción nacional?

–Habría que hacer un estudio. Yo siempre tengo miedo de hablar sobre cosas que no termino de comprender muy bien. Prefiero ser respetuoso con aquellas personas que sí se ocupan de una manera seria de diferentes temas. Sí puedo decir que, sin lugar a dudas, hay algo que se está modificando. Y yo ya he visto estas crisis que tienen que ver con el pedido de mayor ficción. También entiendo que hay una situación de las plataformas, una situación mundial, que está haciendo que las cosas cambien. Hoy por hoy, si un programa no va a una plataforma, no sé si se puede hacer. O no sé cuánta posibilidad de vida tiene. Porque esto no es solamente algo que decidieron los productores, sino que es algo que han logrado las plataformas: capturar un público que antes era un público de televisión. Entonces, es lógico suponer que los productores y los canales tienen que pensar cómo se hace para volver a ubicarse. Por otro lado, quiero decir, y esto sí lo pienso, y no se sabe mucho, pero siempre el 5% de los actores actúan y el otro 95% está sin trabajo. No es algo de ahora. Hay un 95% de actores que intentan sobrevivir en el oficio de la actuación y que siempre han estado alejados de las producciones. Entonces, entiendo que es un movimiento muy fuerte el que se está viendo, pero es un movimiento que está afectando a una minoría, porque siempre la mayoría ha estado fuera.

Televisión, cine, teatro, es quizás el actor argentino más grande hoy. Así como en este momento vuelve a Charlotte Von Mahlsdorf, si no hubiera barreras de ningún tipo, ¿a qué personaje de toda su carrera volvería a interpretar?

“Me gustaría hacer una segunda temporada de Tratame Bien. Aunque la gente pide mucho El puntero, yo la pasé muy bien haciendo Tratame Bien. Era un hermoso programa y aprendí muchísimo”, responde, sin un segundo de duda.

Pero cierra con una aclaración a esa respuesta: “Me pasa, de verdad, que no tengo nostalgia. No siento nostalgia de programas, de obras de teatro o de épocas. Lo cual no significa que no sienta el paso del tiempo y todo lo que trae como reflexiones, pero no soy nostálgico. Estoy muy enamorado de mi ocupación actual; y así como no soy nostálgico de exparejas o de compañeros de colegio, puedo recordar con cariño, pero no siento nostalgia. No siento que en ese momento me pasara algo que hoy no. Yo me siento muy presente en el hoy, y eso hace que uno no sienta nostalgia”.

De Doug Wright. Versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino. Dirigida y protagonizada por Julio Chávez. Música original: Diego Vainer. Diseño de Escenografía: Jorge Ferrari. Diseño de vestuario: Cristina Villamayor y Alejandra Robotti. Diseño de luces: Gaspar Potocnik. Producción General: RIMAS & HSVG.

22 de junio de 2023
Micaela Fe Lucero
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