“La Cabra” de Edward Albee es protagonizada y dirigida por Julio Chávez, con Viviana Saccone, Vando Villamil y Santiago García Rosa. Dirección: JULIO CHÁVEZ
El lunes 5 de febrero pasado, arrasó en los Premios Estrella de Mar y su director y protagonista Julio Chávez se alzó con el máximo galardón: el Premio Estrella de Mar de Oro. Tras ser la elegida por la crítica y el público la obra producida por Nacho Laviaguerre y Adrián Suar fue condecorada con seis Estrella de Mar y también reconocida con el Premio Vilches.
Esta es la primera vez que Julio Chavez hace una temporada teatral en Mar del Plata y eligió debutar en la ciudad con una obra inteligente y distinta. La última vez que una obra de Edward Albee se vio en Mar del Plata fue a principios de la década del ’80 cuando Daniel Tinayre trajo al hoy desaparecido Teatro Alberdi a Alfredo Alcón y Jorge Rivera López con “Historia del Zoo”, dirigida por Omar Grasso.
Para contar esta historia conmovedora y extraordinaria, Albee recorre la comedia y el drama con maestría.
“La Cabra, o quién es Sylvia?” cuenta la historia de Charlie (Julio Chávez) quien acaba de ganar el premio Pritzker, y su vida junto a su esposa Julia (Viviana Saccone) y su hijo Willy (Santiago García Rosa) parece estar en armonía.
Sin embargo, Charlie por primera vez oculta algo, un amor, y eso lo perturba.
Un amor único para Charlie que sólo podrá confesar a su mejor amigo Axel (Vando Villamil), quién frente esa verdad asume la responsabilidad de contárselo a Julia. La naturaleza de ese amor los enfrentará a todos a algo inesperado: una crisis en sus vidas como nunca imaginaron.
El multipremiado dramaturgo Edward Albee ha transitado distintos géneros teatrales y ha podido, a lo largo de una producción muy heterogénea, constituir una particular poética. Sus preocupaciones, sus gustos, su mirada frente a la vida, han encontrado un lenguaje particular que se expresa a través de sus personajes, sus espacios y sus historias. Esta estrategia que propone el teatro de Albee permite establecer un juego que obliga al espectador a transitar aquellos temas, conflictos y emociones que conoce, pero que oculta o calla por insoportables. La particularidad del teatro de Albee radica en algo más: en transitar los temas medulares de la existencia del hombre a través de la comedia. Tal vez porque supone que el hombre contemporáneo necesita un camino de alivio -la comedia- para contactarse con aquellos temas universales que constituyen su existencia trágica.