Julio Chávez y el debut de Signos

 

En cada trabajo demuestra su caudal actoral, su oficio y deja su impronta. Tras recibir el reconocimiento a su talento con el último Martin Fierro de Oro, por Farsantes, Julio Chávez (59) regresa a la pantalla chica con Signos, miniserie de 16 capítulos que desembarcó en El Trece este miércoles a las 23 horas (en TNT desder el jueves 3, a las 22 horas).

En la ficción, Chávez tendrá la oportunidad de combinar su profesión con la astrología –uno de los ejes centrales de la trama-, disciplina por la que el actor confesó su gusto y subrayó sus largos años de estudio.

A horas del gran debut, Ciudad.com dialogó con Julio Chávez de su vuelta a la TV; además, desentrañamos su mundo íntimo fuera de la actuación, qué piensa de las redes sociales y se animó a definir su propia personalidad de acuerdo a su signo, Cáncer.

-¿Qué lo sedujo de Signos para que decida volver a la tele en este proyecto?

-Signos es una hermosa historia sobre un hombre que tiene un hecho histórico muy doloroso en su vida, que involucra a su madre, a la que perdió cuando él tenía 10 años, y espera 46 años para ejercer el derecho de la Justicia. Eso ya me parece un cuento hermoso, porque un hombre que espera 46 años para vengarse ya habla de un ser que tiene templanza, paciencia y que ha observado el mundo de una manera particular. Y eso es muy atractivo, porque como actor te ubica en un juego muy divertido, que uno siempre quiere jugar, que es el malo que mata. Por otro lado, en el programa se pone en juego la Justicia: ¿qué es ser justo? ¿Cuánto vale ser justo?

-¿Cómo fue la construcción de este asesino serial?

-Este asesino no tiene tanta sangre fría. No hay mucho que pensar: vos agarrás un revólver, hacés así (simula un disparo) y ya sos Clint Eastwood… Tampoco quisiera crear una mística muy extraña sobre la construcción del rol. Pero hay algunos aspectos que son importantes: Antonio es un médico, un hombre muy convencional del cual jamás se podría suponer que es el asesino. Y eso me parece muy interesante, porque los seres humanos creemos que somos algo, pero muchas veces la vida nos ubica en una situación en la que descubrimos que somos otra cosa de lo que creíamos. Nadie sabe lo que es capaz de hacer, hasta que de golpe lo hace.

«Cuando recibí Signos dije: ‘Este es un hombrecito común, convencional y misterioso’. Y hay un dueño de una inmobiliaria, a una cuadra de mi casa, que tiene un aspecto parecido y copié su look (…) Desde que tengo esta barba candado, no me miro al espejo, me impresiono. Así que me baño con la luz apagada. No me reconozco así ni me gusto».

-¿Alguna vez tuvo que afrontar una situación límite en la que se desconoció?

-Yo soy una persona muy controlada y, en ese sentido, debería decirte que no me han pasado situaciones que me hayan ubicado en un lugar de desconocimiento, de hacer de mí alguien que no me imaginaba o no creía. Pero, por otro lado, esto es muy contradictorio porque soy actor, y un actor se ubica siempre en roles que no le pertenecen. Así que la sorpresa de poder ser un otro no es una sorpresa tan grande para mí, porque tengo un oficio que contiene esa situación.

-Con Signos descubrimos su gusto por la astrología. Usted es de Cáncer. ¿Cómo define su personalidad de acuerdo a la naturaleza de su signo?

-Soy un típico canceriano. Me considero una persona sumamente protegida; puedo ser muy cerrado y con una apariencia de dureza. Al mismo tiempo puedo ser una persona que puede llegar a picar a manera de defensa. Soy como el cangrejo: soy duro por fuera y blandito por dentro. Muy amante de la historia, del tiempo, de la herencia, el pasado y lo familiar. Cuando establezco tribu soy muy fiel a lo que entiendo que es mi tribu. Y también puedo ser muy distante con lo que considero que no lo es.

«Soy un típico canceriano. Me considero una persona sumamente protegida; puedo ser muy cerrado y con una apariencia de dureza. Al mismo tiempo puedo ser una persona que puede advertir que puede llegar a picar para defenderse. Soy como el cangrejo: soy duro por fuera y blandito por dentro…».

-Cuando afronta una escena compleja, con mucha carga emocional, y llega a su casa, ¿con qué se desconecta?

-Acaricio a mi perro, me meto en Internet, veo películas, estudio, leo, pinto, tengo millones de actividades. Aunque te digo, yo no tengo esa mística de la carga que significa que uno se queda «cargado». Actuar es en sí mismo una descarga. Tengo un oficio tan generoso en ese sentido… Claro que estoy cansado, como todos los seres humanos, y cuando vuelvo a mi casa también quiero descansar.

-¿De la televisión actual qué ve? ¿En el zapping se frena a ver Gran Hermano?

-No lo miro por el horario. No hay nada que me genere asco ver. Puedo transitar por diferentes cosas y, como amo las escenas del ser humano y es mi oficio, no hay una escena que me es ajena. Todo lo veo desde el punto de vista de una escena, del ser humano, la representación de algo…

-Se lo ve con un look muy cambiado, ¿viene de la mano del personaje o por gusto personal?

-Cuando recibí Signos dije: ‘Este es un hombrecito común, convencional y al mismo tiempo misterioso’. Y hay un dueño de una inmobiliaria, a una cuadra de mi casa, que tiene un aspecto parecido a este: barbita candado, rapado y se viste con ropa casi de abuelo. Entonces dije: ‘Antonio tiene algo así’, y tomé el look de él.

¿En la vida cotidiana tiene algún cuidado puntual? ¿Le da importancia a la imagen?

-Desde que tengo esta barba candado, no me miro al espejo. No me veo, me impresiono. Así que me baño con la luz apagada. No me reconozco así, ni me gusto.

«Ahora no tengo redes sociales. Tenía Facebook y Twitter y me borré porque soy sumamente vulnerable, y tengo poco tiempo. Además, no quería llenarme de tanta cosa. Pertenezco a una época en la que si una persona insultaba a otra, no era cualquier cosa, y ahora no tiene mucho valor».

-¿Le teme al paso del tiempo?

-No estoy de acuerdo con el paso del tiempo, pero lo acepto y lo acompaño.

-En las redes sociales compararon su nueva estética con la del protagonista de Breaking Bad. ¿Le llegaron esos comentarios?

-Le voy a decir al dueño de la inmobiliaria que les haga juicio (risas).

-¿Qué uso hace de las redes sociales?

-Ahora no tengo redes sociales. Tenía Facebook y Twitter y me borré porque soy sumamente vulnerable, y tengo poco tiempo. Además, no quería llenarme de tanta cosa. Pertenezco a una época en la que si una persona insultaba a otra, no era cualquier cosa, y ahora no tiene mucho valor. No critico eso, pero no me meto.

-¿Qué número de rating lo dejaría tranquilo para Signos?

-No lo sé, soy muy animal en eso. Tengo entendido que como está la cosa, mantenernos en un 13 ó 14 va a estar muy bien.

Por Majo Vitale
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