Julio Chávez: «Soy Un Angustiado Crónico»

En Farsantes, Guillermo Graziani tiene una idea muy precisa de lo que es el amor. Él lo define como «un acto de voluntad». Esta concepción podría aplicarse a toda la carrera profesional de Julio Chávez, cuyos exponentes están hablando, de una forma u otra, sobre el ejercicio de la libertad. Antes de una nueva función de Red, la obra sobre el pintor Mark Rothko que dirige Daniel Barone, Chávez recibe a Personajes.tv en la misma silla donde se sienta Rothko en escena, nos invita un café y, muy relajado, dialoga sobre todo desde su vulnerabilidad a las críticas, el erotismo que generó la relación ficcional con Benjamín Vicuña, la envidia inherente al circuito actoral y la identidad sexual.

-Vos siempre aludís a la actuación como un espacio con problemas a resolver, ¿cuáles fueron esos «problemas» en cuanto a la puesta de Red?

-Siempre un material plantea un inconveniente a resolver. Cuando agarrás una obra de teatro, por ejemplo, esa obra te pregunta «¿cómo me vas a tomar?, ¿cómo me vas a expresar?». Red además es una obra norteamericana, y nosotros no tenemos en relación a Rothko un vínculo como el que puede tener el espectador norteamericano. Tampoco nos interesaba construir un material exclusivamente destinado a idóneos en la materia pictórica sino para cualquiera. En cuanto a Rothko mismo, lo que quise hacer fue una contraposición entre un hombre dedicado al arte, sensible y exquisito en cierto sentido, y una forma que lo muestre tosco. Nos despegamos porque la obra no cuenta su vida: es una ficción que muestra algunos asuntos que tienen que ver con su producción y con su pensamiento.

Red1B

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