El gerente de programación de la emisora argentina y dueño de Pol-Ka pasó por Uruguay para presentar la obra de teatro Un rato con él.
Un rato con él es una obra hecha por y para la dupla Julio Chávez – Adrián Suar. La escribió el primero con Camila Mansilla, se estrenó el año pasado en Buenos Aires con un éxito rotundo de taquilla, y ahora llegará al ámbito local, lo que será el debut de Suar en tablas locales.
El gerente de programación de El Trece fue el responsable de meter a Chávez en el ojo popular con proyectos cruciales para su carrera como Epitafios, El Puntero, Tratame bien, Farsantes y, más recientemente, El Maestro
Esta apuesta reúne a dos actores de mundos distintos: Chávez, actor y dramaturgo lleno de prestigio por sus trabajos tanto en teatro como en televisión, y Suar que ha prosperado más en comedias, tiene una enorme popularidad y es productor de grandes éxitos en televisión.
«Es un proyecto que contaba con todas las diferencias pensadas a favor. No en contra», explicó Chávez.
Suar aseguró que aprende mucho de Chávez. «Esa versatilidad que tiene como artista, como actor, la tiene también él en el escenario. Con el mismo material, no son las mismas funciones todos los días», dijo Suar de Chávez. «Vas surfeando cada función con las cosas nuevas que van pasando. Eso me enriquece muchísimo», agregó.
La obra cuenta la historia de dos hermanos de diferentes madres que por una trampa construida por su padre fallecido se reúnen a resolver asuntos legales de herencia. A partir de ese encuentro, se desarrolla toda una situación de malentendidos que hacen que estos dos hermanos recorran un periplo «de la ignorancia al conocimiento, de la distancia a la cercanía, del silencio a la palabra», en palabras de Chávez. Trata, en definitiva, sobre la legitimación de la historia de cada uno.
Usualmente, Chávez llega tres horas antes al teatro a repasar letra, una práctica que lleva adelante desde hace muchos años y que a Suar le costó comprender.
El autor tuvo en cuenta las fortalezas de Suar para delinear su personaje. «Su riqueza es mucho más extensa de lo que él cree», dijo Chávez. Además, como escritor de la obra intentó desplegar facetas desconocidas de cada uno de ellos. «Es una buena posibilidad de poner en escena un corrimiento de lo que se cree que él puede dar. De lo que se cree que yo puedo dar. Y animarnos a expandirnos un poco. Creo que lo hemos logrado», dijo Chávez.
Un lazo de dos décadas
Chávez visitó por primera vez Montevideo para hacer teatro en 1997 con un espectáculo con Federico Luppi. Se llamaba El vestidor. Ya pasaron 21 años y Chávez decidió volver una y otra vez, como actor y autor. Más recientemente con Red y Yo soy mi propia mujer.
«(El uruguayo) es un público respetuoso, serio, no es careta, no hace de la ida al teatro un hecho de caretaje. Ama el teatro y es muy respetuoso y muy cariñoso con la actividad teatral. Siempre he tenido experiencias extraordinarias en el Solís, en El Galpón, donde haya estado», dijo Chávez. «No es estresante venir a Uruguay, lo cual no implica que no es exigente».
Un rato con él marcó un hito en Argentina, por reunir a dos actores que no parecían combinables y con un texto original para la ocasión. Requirió una producción importante, con una escenografía enorme, y significó la reapertura del teatro El Nacional. Chávez la definió como una «apuesta única» y difícil de repetir. El productor Diego Sorondo es el responsable de traer la obra a Uruguay.
En esta oportunidad, Chávez explota un rol de comedia que no le es tan conocido y Suar también explora el dramatismo con el que difícilmente se lo asocia.
Por Camila Cibils
Abril 2, 2018
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