«Siento que la vida me provoca cuando me ningunean»
El actor que reestrena este viernes 5 de agosto el unipersonal «Yo soy mi propia mujer» estuvo a solas con PRONTO donde habló sobre como lo atraviesa esta obra, que además lo tiene como director.
Este viernes 5 de agosto, Julio Chávez regresa con la multipremiada obra “Yo soy mi propia mujer” al Teatro Metropolitan Sura, encarnando por tercera vez a Charlotte, una travesti que vivió en Berlín, en épocas de nazismo y comunismo. Sumando esta vez el rol de la dirección que en 2007 y 2016 estuvo a cargo del fallecido Agustín Alezzo.
El unipersonal está basado en la vida de Charlotte Von Mahlsdorf, un personaje que desde muy pequeña se sentía atraída por la ropa de niña y se autopercibía como tal. Luego de un violento suceso familiar terminó condenada en la prisión de jóvenes. Al ser liberada, fue conocida por coleccionar y vender relojes, fonógrafos y muebles antiguos de la época. Charlotte se mostraba abiertamente travestida, pero pudo sobrevivir del régimen nazi y posteriormente al comunismo.
Esta pieza teatral se estrenó hace 15 años y es la tercera vez que se realiza en Buenos Aires. Con motivo de su regreso a la Calle Corrientes, PRONTO mantuvo una charla íntima con el actor protagonista, Julio Chávez.
Hola Julio. ¿Cómo estás?, gracias por recibirnos.
– No por favor. Estoy bien, gracias a vos.
Bueno, teniendo en cuenta las transformaciones culturales de los últimos años… ¿Cómo crees que Charlotte, tu personaje, va a encarar en esta oportunidad la obra?
Bueno en verdad estamos hablando de un personaje que transitó toda su situación desde 1930 hasta 2022, de manera que ella no ha vivido todo este movimiento tan fuerte y todo este avance que hoy por hoy estamos pudiendo observar y vivir. Yo no hago modificaciones del material en función de la contemporaneidad, el material se sigue manteniendo como está. Por eso la palabra travesti por ejemplo, que hoy es una palabra que algunos discuten, nosotros la mantenemos porque estamos haciendo una obra donde la palabra travesti era una realidad; era una manera de señalar. Y transformarlo, sería transformar la naturaleza y la cabecita de una época determinada. Nosotros a través de “Yo soy mi propia mujer” estamos contando la historia de vida de un ser que tuvo que atravesar un montón de dificultades intentando poner sobre el exterior su naturaleza y su deseo, en un momento en el cual eso no se hacía y tenía terribles consecuencias. Estamos hablando de un ser que peleaba sola, no estamos hablando de una persona que pertenecía a un colectivo, de manera que justamente no vamos a modificar ese material porque es lo particular que tiene: era un ser que era casi de avanzada en relación a nuestra contemporaneidad, y me parece que es justo de alguna manera hacerle honor a la historia de vida de un ser humano que viviendo esa situación y esa circunstancia, la encaro a fondo, la afronto y la sobrevivió. Para mí hay que contarla tal cual es a ella y no hacer ningún tipo de aggiornamento a esta época porque es el sentido que tiene. Esta época está observando otra época, con un tema que esta atraviesa la época, y donde vemos historias de vida diferentes en relación a ese tema.
– Si bien vemos que el título de la obra tiene una connotación muy importante, ¿Qué sentido tiene el nombre de este unipersonal para vos como actor?
Para mí como actor tiene un gran sentido. Porque soy un convencido de que un ser humano al articular su punto de vista sin lugar a dudas, entra en una zona de peligro o de disenso o no acuerdo con otros. La expresión individual, muchas veces en el arte es una expresión que genera enemistades o desacuerdos. De manera que esta decisión que a partir de los 17 años tuvo Charlotte, que le dijo a la madre: «Mamá en verdad yo soy tu hija», es casi una decisión estética. Una decisión que tiene que ver con una manera de presentarse al mundo y lo que ella presenta al mundo es: «Yo soy una mujer». Y esta decisión es una decisión que para mí desde el punto de vista artístico, es absolutamente loable. Porque un artista es un hombre o una mujer que va a decirle al mundo: «Yo veo así, yo pienso así, yo construyo así».
-¿Qué exigencias tiene esta pieza teatral y de qué manera fue generosa en tu oficio?
Para mí las exigencias que tiene el material tienen que ver primero, con la dimensión del relato. La diversidad de personajes que presenta, el cambio que presenta de un rol a otro rol. Y por otro lado tiene eso de que, al haber transitado todas esa dificultades inevitablemente te trae un regalo al oficio. Digamos, yo uniría las dificultades o los problemas con los beneficios que te trae. Porque al lado de cada problema hay un beneficio desde el oficio. Yo digo: «Entiendo esto, comprendo más esto, mi actor está más avivado en relación a esto». De manera que es como un partido, en el momento en que lo jugas estás de alguna manera advirtiendo que tenes algunos escollos, o problemas pero cuando lo pensas o cuando volves al camarín vos sentís que tu actor, que en este caso yo, es más fuerte. Estoy más conocedor de mi oficio y eso para mí es un regalo.
– Es la tercera vez que subís al escenario con esta historia… ¿Qué cambios escénicos va a tener este año la obra?
Nos apareció una posibilidad, un dispositivo escénico que para mí es más complejo, podría decir que es más rico y hasta podría decir que me parece más acertado que lo que habíamos tenido hasta el momento. Así que yo me tomé el atrevimiento de hacer modificaciones en el espacio escénico y creo que se van a encontrar con una luz y un espacio escénico optimizado, para mí mejorado.
-¿Julio Chávez está deconstruido?
Yo estoy expandido, no deconstruido. Mira yo estoy muy agradecido, tengo un gran gusto de corrección cuando digo por ejemplo: «Cuando ustedes los actores, actrices», porque cuando me corrijo estoy muy agradecido a la época, porque estoy de acuerdo con la corrección. Me han hecho mejor y siento que está mejor, y está bien. Y en la corrección si bien a veces digo upa, como me cuesta corregir, (porque son 6 décadas así), siento que cuando lo hago, que lo hago mucho, me siento contento de pertenecer a esta época. Me gusta cuando digo: «Ustedes las actrices y actores», y no tengo ningún problema en que quizás tengo que tardar un poquito más en hablar porque tengo que agregar una palabra. Pero no me pasa eso con el “e”, no me pasa. Porque además no me voy a ocupar de eso, porque no siento que es una articulación que me expanda. Sino que a mí personalmente me limita. Y después en relación a lo que vos decís, porque soy un hombre de 66 años asique imagínate vengo de ver muchas décadas y muchas cosas, conllevo las libertades contemporáneas y los prejuicios antiguos: todos ellos conviven en una misma mesa. No me quiero hacer el canchero sacando carne de lo contemporáneo, pero yo puedo entender lo que es la extrañeza de un hombre o una mujer al ver a dos chicas tomadas de la mano o a dos varones tomados de la mano. Yo no critico que los sorprenda, mi advertencia va a tener que ver cuando los prohíban.
– En algunas oportunidades has dicho que te sentís muy provocado por la vida… ¿En qué situaciones la vida te provoca?
En todas. En todo lugar donde yo miro me siento provocado. Y no te contesto algo porque sí. Digamos, lo que a mí me provoca sobre todo y desde una zona muy subjetiva, es cuando me ningunean. Para mi es una zona donde salto muy rápidamente. Pero después provocarme, me provoca todo.
La vuelta de la laureada obra escrita por Doug Wright, producida por Rimas Producciones y HSVG, será a partir del próximo 5 de agosto, viernes y domingos a las 20:00 horas y los sábados a las 19:30 horas en el Teatro Metropolitan Sura (Avenida Corrientes 1343). Entradas a la venta por Plateanet.
Por Sol Mengoni
3/8/2022
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