Chávez – Renzo Márquez (El personaje continua en Epitafios II)

 

Cuatro años después de su emisión por HBO, la primera temporada de Epitafios se transformó en masiva, y Canal Trece lo vuelve a querer para su pantalla. Ya se vio en toda América y cosechó varios elogios en Estados Unidos. Fue una apuesta internacional que conllevó algunos riesgos: sus actores, todos argentinos (Julio Chávez, Paola Krum, Cecilia Roth, Antonio Birabent, Carlos Portaluppi y la lista sigue) tuvieron que ensayar un español nuevo; ni neutro, ni porteño, ni “latinoamericanoso”, como diría Peter Capusotto.
Entre ellos, Chávez fue el único que no quiso zambullirse en el universo del “tú” y optó por reescribir sus letras: “Corregí mis textos para no tener que usar ni el tú ni el vos. Si te fijás, no digo ni un solo ‘córrete’, ni un solo ‘óyeme’. Y si, por ejemplo, tenía que preguntar: ‘¿Me lo has dicho tú?’, corregía por un ‘¿Por qué me lo dijiste?’.

Epitafios no es una serie que hable de un mexicano, un puertorriqueño o un venezolano. Si hubiese sido así, habríamos tenido que crear un tono y respetarlo. Pero lo importante era que no se colara el porteñismo, que no se supiera de dónde eran los personajes. En ese sentido, con no hablar como todos los días alcanzaba”, cuenta.

A principios de 2004, cuando se filmó Epitafios, el de Chávez no era un nombre que se barajara con frecuencia en las productoras de televisión: acaso por el estreno –un año antes– de Un oso rojo, la película de Adrián Caetano, el actor empezó a ser visto como una opción viable para quienes hacían televisión, algo así como un garante de calidad.En ese contexto llegó su protagónico en la primera ficción producida por HBO para Latinoamérica. Renzo Márquez, el detective que compuso entonces –y que al que le siguió dando vida en Epitafios II, que se filmó el año pasado y que todavía no vio la luz–, fue la antesala de lo que llegará en 2009: un nuevo protagónico en otro unitario que se verá en el Trece a mitad de este año junto a Cecilia Roth, del que Chávez aún no quiere hablar demasiado. Chávez aclara: “Yo les digo sí a proyectos en televisión sólo si me dejan tiempo para mis espacios autónomos. Si se ven dañados esos espacios, no me interesa iniciar tratativas”.

La autonomía pasa, en su caso, por el teatro, una actividad a la que le debe la mayoría de sus alegrías profesionales y que cada vez ocupa más lugar en su cabeza: además de actuar, Chávez dirige y escribe para su compañía BAAL, con la que pronto reestrenará Angelito Pena y que ofrecerá novedades en abril. “Él año pasado fue un año de muchas satisfacciones y de premios. Y también de coletazo por todo lo que ya había pasado el año anterior a raíz de Charlotte von Mahlsdorf, el personaje que interpreté en Yo soy mi propia mujer. Si hasta recibí el Trinidad Guevara, el único premio que otorga una renta vitalicia. Eso es algo que me halaga, pero también me inhibe un poco. Creo que yo se lo hubiera dado a muchas otras personas, pero estoy tan contento de que me lo hayan dado…”

–¿Y extrañás a Charlotte? –Hoy está un poco adormecida. Pero esto es casi como el cigarrilo: fui fumador durante muchas décadas y dejé de fumar hace meses. Me explicaron que hay unas papilas, unos receptores de nicotina que se duermen y cuando eso pasa, no piden más. Pero vos llegás a dar una pitada y se encienden nuevamente. Con Charlotte me pasa un poco así: no la pienso mucho, pero en cuanto digo una frase o me viene la letra, la cosa se despierta nuevamente. Vamos a ver qué ocurre en el tiempo. En principio está ahí, dormidita. Pero en cualquier momento se puede despertar.

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