Mano a Mano

 

 

Julio Chávez: «Yo podría perdonar una traición»
Es uno de los mejores actores del pais. Protagonista de «Tratame bien», cuenta como los hombres se conmueven con su personaje.Por María Laura Santillán.

Estás más lindo y más flaco. ¿Por qué?

-Porque compito con Cecilia Roth (risas). Me estoy ocupando de eso, dejé de fumar hace unos años y ahora estoy empezando a disfrutar de los beneficios.

¿Cuáles son los beneficios de dejar de fumar?

-Que la gente te felicita (risas).Está bien visto dejar de fumar.
Exactamente, te ven con cara de «qué bueno». Y estoy más delgado porque me ocupo de mi alimentación, me hace mejor al espíritu y al ánimo. Estoy mejor.Tal vez estás alistándote para enamorarte.
Para enamorarme o por lo menos, como salgo de varios duelos importantes, me parece que es importante que me ocupe de lo que me gusta mirar en el espejo.¿Varios duelos?
Muertes, separaciones, momentos de la vida. Duelos que tienen que ver con mi carácter, soy una persona sumamente peleadora y aguerrida. Me parece que llegó el momento de hacer las paces con cuestiones que son guerras históricas pero no actuales.

¿Por ejemplo?
Los otros, en general los otros. El otro día fui al Departamento de Policía a buscar el certificado de que estoy vivo para un subsidio que me dan como premio. Y cuando entré, me dio pánico: me empezó a palpitar el corazón y pensaba: «Dios mío, que no descubran el crimen. ¿Qué crimen pensaba yo mismo?». Miedos históricos. Y cuando llego, la señora se para y me saluda tan cordialmente y me dice «qué orgullo que esté aquí». Y yo pensé «Julio, tenés que cambiar rápidamente la cabeza», porque Auschwitz ya pasó. Las cosas cambian. Antes, hacer una escena requería un esfuerzo y hoy, el oficio me permite disfrutar.

¿Estás más flojo?
Estoy empezando a gozar de aquello que me decían cuando tenía 17 años: «relajate».

¿Sentís que tu trabajo en Tratame bien cumple una función?
A mí me conmueve mucho que los hombres se sientan involucrados de una manera que algunos reconocen como inédita.

¿Te lo dicen?
Sí. Me lo dicen y todas las semanas. Se emocionan, lloran, no entienden qué mierda les pasa o porqué les pasa.

¿Qué es lo que más les pega a los hombres de todo lo que le pasa a José, tu personaje?
Creo que todos advierten que hay algo que no está saliendo bien (risas). Uno desea ganarse la lotería, pero se identifica con el que no la ganó, con el que sueña que la va a ganar, pero en cuanto la ganó, ya no se identifica más. Yo no disfruto con el logro.

¿No disfrutás con el logro?
Una vez que lo logré, ya está.

José perdió a su mujer, perdió la juguetería familiar, se enteró de que no era el padre de su hijo. ¿Es un perdedor?
(Piensa). En un sentido es un perdedor, en otro sentido es una persona que empieza a entender el verdadero valor que tienen las cosas. Es un personaje de ficción, obviamente: a ningún ser humano le pasan tantas cosas.

¿Qué es ser un perdedor en este tiempo?
La humanidad esta más llena de perdedores que de ganadores. Yo entiendo que un perdedor es aquella persona que no pudo tener algunos momentos de autonomía para poder articular la idea que tiene acerca del mundo.

A partir de Tratame bien y de tu vida personal, ¿qué creés que se puede perdonar en una relación de pareja y qué no?
(Piensa). Estaba por decirte que no se puede perdonar una traición. Pero la traición es una parte tuya, que no veías. Y te enojás con el otro porque de golpe aparece. Es muy raro que un ser humano te traicione habiendo sido vos muy puro, muy blanco. No creo en eso. Yo creo que hasta la traición podría perdonar. Creo que un vínculo es una construcción.

Las construcciones tienen reglas y hay reglas que se transgreden.
Si vos sentís que te traicionan es que estabas excesivamente enamorado de esas reglas, tanto que creías que era verdad.

Hablo de las relaciones de pareja.
Si algo me dolió, yo no perdono. Yo podría perdonar una traición, porque eso no es lo que me duele. Hay otras cosas, la desvalorización, un ninguneo, un intento de mofarte o de minimizar mi subjetividad, un mal gesto, que me sobren. Eso puede llegar a ser fatal. Yo no lo perdono. En cuanto a la traición, no me considero una persona digna de no ser traicionada.

¿Qué sería que te sobren?
Que me miren mal. Lo que Sofía le hace a José en Tratame bien. Que una mujer ningunee a su marido frente a sus hijos es imperdonable. Hay algo ahí, que es mítico, histórico, que está en los genes del ser humano. Es la pelea por quién finalmente va a vencer a quién. Quién es el dueño de los hijos. Las traiciones de estar con otra persona, por ejemplo, a mí no me duelen tanto. Pero no me ninguneen o maltraten delante de otro, no.

¿O sea que si es a solas te pueden ningunear (risas)?
Siempre es delante de otro. Siempre tiene que haber un tercero que mire desde afuera.

¿Es cómo una humillación?
Es un dolor ancestral. Yo lo reconozco mucho, el hombre herido tiene mucha menos recuperación que la mujer. La mujer tiene un oficio de la herida. El hombre herido no cicatriza. De hecho, un hombre se lastima y parece que no puede ver sangre. Es muy raro que una mujer se desmaye cuando ve sangre. La mujer está preparada de otra manera.

¿Queda un trauma en el varón?
Queda una marca muy fuerte. La mujer tiene más cultura en relación al abandono. Más costumbre, más rincones para llorar, más pañuelos bordados (risas). El hombre abandonado no tiene tantas posibilidades, es muy humillante.

¿Qué hace que una relación se termine en tu caso?
(Piensa). Que la otra persona no tenga más ganas de pelear. Yo podría haber vivido con el mismo vínculo toda mi vida.

¿En tu caso es el otro el que decide?
Sí, generalmente es el otro quien decide. Yo puedo internamente separarme todas las noches y a la mañana siguiente volver a estar juntos. Con cada uno de mis vínculos, si yo entrase de nuevo por la puertita que lo construyó, lo vuelvo a construir, con la misma fe y con el mismo sacrificio. En ese sentido, yo hubiera seguido. Pero no me victimizo, porque yo jamás voy a pedir que se siga peleando.

¿Por orgullo, por amor propio?
Si el otro no quiere pelear más, no se pelea más. Listo.

¿Cómo sabés que es definitivo cuando alguien no quiere seguir peleando? Puede ser transitorio.
Por lo que va, al momento, te diría que no es así (risas).

Ya ganaste todos los premios más importantes, ¿no?
Sí. Pero estoy recibiendo un premio muy importante. Un premio del oficio. Es el premio de mi mirada acerca del trabajo. Y eso es algo intrasferible.

¿Y cuánto tiempo tiene esa sensación?
Muy poco tiempo, es algo bastante nuevo.

¿Qué no te gusta de vos, que te gustaría sacarte de encima?
La nostalgia. Soy muy nostálgico. Extremadamente apegado a las figuritas con las que armé el álbum. Ser un poquito menos predictivo. Me gustaría ser más generoso y más dispuesto al azar, a entregarme. Abrirme al riesgo de lo que yo puedo entender que es peligroso. A tomar riesgos. Soy un poco prejuicioso, tengo la cabeza un poco victoriana. Sobre todo en relación al disfrute, al goce.

¿Es superficial el goce?
Expone mucho. Algo ganás, algo perdés. Yo estoy muy expuesto a la mirada, para mí la mirada es muy importante. Lo que ves y lo que el mundo opina acerca de lo que se ve, para mí son cosas importantes. Ser el objeto que se va a ver me produce un cierto pudor.

Sábado 15 Agosto 2009

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