«El Puntero» abrió el debate: lo más comentado de la TV

Desde días antes del debut, los avances de El Puntero (irá domingos y miércoles a las 23) decían que iba a mostrar al mejor de los punteros: un tipo que estaba muy cerca de la gente, que ayudaba en el barrio, que le solucionaba problemas de vivienda, educación y alimentos, pero que para ello debía negociar con los políticos y una red de corrupción. Pero algo se escapó en el guión: “El Gitano” (Julio Chávez) casi ni mostró esa parte buena de su tarea, y sólo se vio que es un tipo capaz de desangrar al amante de su amada a culatazos de pistola, llamar a la directora de la escuela para que su hijo tenga un premio de dibujo, que amenaza con sacar planes sociales a los que hablan de más, que decide qué calle se corta y cuál no, qué político sube y cuál no, quién recibe documentos o pinturas.

Según se vio en el primer episodio (con un rating de casi 18 puntos de promedio, que le alcanzó para ganarle su franja a CQC), los pobres van a un acto de la Virgen o a una marcha cualquiera sólo movidos por la plata: estereotipados al máximo, cantan “queremo’ lo’ planes”, escuchan a Rodolfo Zapata y entonan su hit “no vamo’ a trabajar” o piden que les regalen una casa porque sí nomás. Su calidad moral es dudosa, entre clichés que los pintan feos, sucios y malos, sin ningún contexto. Claro que no es un documental de Discovery sino una ficción, pero si una manifestante dice que es “víctima del capitalismo” pero no puede explicar por qué lo dice (¿se entiende que lo hace sólo por el chori?), ofrece una mirada algo sesgada y propicia para el debate.
Ni los políticos son todos corruptos ni los que militan tiene su tarifa, ni todo se maneja con violencia y por interés. Habrá que dejar correr los capítulos para ver si la trama se centra sólo en esa percepción a modo de caricatura o se muestran también otras aristas que forman parte de esa realidad.
En lo técnico y actoral, Julio Chávez y Luis Luque se mostraron muy convincentes, aunque no tanto Rodrigo De la Serna, demasiado excitado y sobreactuado como un loquito capaz de todo. Habrá que ver el rol de los secundarios en el futuro, que puede ser rico pero que en el primer episodio apenas quedó presentado. La música, cumbia plena, matizada con Calle 13 o Fuego, de Bomba Estéreo, también cortina del ciclo.

16 de mayo de 2011

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