Julio Chávez ha publicado dos libros. Suma en su haber 5 obras escritas y una pequeña colección de 22 obras cortas. En un reportaje publicado en su último libro afirma «Desde que inicié mis estudios en el Conservatorio de Arte Dramático en el año ‘ 74, la lectura de textos teatrales y el ensayo de escenas, junto con la creación de improvisaciones, me fueron formando en el problema de la construcción de la situación dramática. A esto se le suma que desde el año ‘ 78 me ocupo de ayudar en la formación actoral de otras personas. Creo que esto, con el correr del tiempo, consolidó en mí un interés sustancial por la dramaturgia. No puedo pensar separadamente las áreas de la dramaturgia, la dirección y la docencia».Realizó estudios de dirección tempranamente con Agustín Alezzo (1980-1981) y más tarde con Augusto Fernándes (1991). Pero, como señaló en una entrevista en febrero de 2006, su interés por dirigir, así como por la escritura dramática, devinieron de su trabajo actoral y docente. Dirige el Instituto de Entrenamiento Actoral, donde se han formado y se forman cientos de actores y personalidades del medio artístico.
«Un alumno improvisando es para mí un lápiz inspirador. La confianza en el trabajo me anima a bucear con ellos. La humanidad (de los alumnos), que por falta de oficio se presenta desnuda, es un campo fértil que permite sembrar.
El trabajo que produce esta búsqueda les permite a ellos encontrarse con lo que pueden y con lo que aún no pueden resolver. Estos pequeños asuntos han sido parcialmente iluminados por nosotros y, como toda forma, están sujetos a nuestro punto de vista que es, al mismo tiempo, nuestro limite y nuestra posibilidad»
«Un alumno improvisando es para mí un lápiz inspirador. La confianza en el trabajo me anima a bucear con ellos. La humanidad (de los alumnos), que por falta de oficio se presenta desnuda, es un campo fértil que permite sembrar.
El trabajo que produce esta búsqueda les permite a ellos encontrarse con lo que pueden y con lo que aún no pueden resolver. Estos pequeños asuntos han sido parcialmente iluminados por nosotros y, como toda forma, están sujetos a nuestro punto de vista que es, al mismo tiempo, nuestro limite y nuestra posibilidad»